EL BULL Y EL RING II

   No se debe confundir la facultad con la función

    El ring, centro comercial donde el vendedor profesional elige a sus mejores representantes frente al gran público, que es el que paga siempre, lo mismo, que la raza es la que lo paga cuando los comerciantes del ring consiguen controlar el mismo.

    El juez es, debe ser, un servidor del ring y no confundir la función con la facultad y desde luego ser arbitrario, objetivo, honesto, entendido y realizado como persona.

    La facultad está en el animal, ser o no ser. La función está en el hombre, entender lo que está juzgando o no entender. La desgracia está en el aficionado que víctima de su ignorancia y buena fé sigue los criterios del ring ciegamente. Y como podemos ver el tiempo no perdona y los usos abusivos del ring quedan reflejados en la raza, asi como en el desencanto de tantos y tantos aficionados que centraron su confianza y conocimiento solo en los criterios del ring y es que cuando uno quiere algo, está obligado a saber, a tener conocimiento propio, a tener capacidad crítica, a ser exigente y desde luego no aceptar por principio todo aquello que nos dan hecho por muy barato o caro que nos lo ofrezcan mientras no tengamos totalmente claro que es aquello ciertamente lo que queremos, especialmente si estamos hablando de Bull Terriers.

    El orden de los factores altera el producto, los Bull Terriers no son como las matemáticas. Inteligencia, carácter, buena boca y proporción física; no es lo mismo que proporción física, mala boca, poco carácter y estúpidez.

    El ring está obligado de ver algo más que la simple proporción de las partes.

    Lo que complace al aficionado al Bull Terrier es la personalidad de estos animales y su poder. Si son animales estúpidos, genera frustración y rechazo.

   ¿ Cómo saber en dos minutos si un animal bello no es también estúpido ?

    Siendo un especialista de la raza y no un miedoso de la misma. ¿ Nos da asco o miedo cuando miramos la boca a un Bull Terrier ? Yo pienso que  a los jueces les gustan los perros, por lo tanto cuando no la miran personalmente, simplemente, es porque les dan miedo los Bull Terriers y asi, con todos mis respetos, no se puede ser juez de esta raza. También puede ser que como saben que la boca de aquel perro que debe ganar es una porqueria, mejor no verla personalmente.

    En fin no es mi intención menospreciar al ring, ni mucho menos, menospreciar a los jueces quienes en su gran mayoria merecen todos mis respetos, especialmente, porque son gente con buena voluntad a los que gustan los perros igual que a mi.

    Pero me veo en el deber de llamar la atención al aficionado para que este no pueda ser tan facílmente sorprendido por quienes puestos a ganar dinero: el fin justifica los medios, todo vale para conseguirlo. Yo digo que es una cuestión de inteligencia por lo tanto todo no vale y menos si hablamos de Bull Terriers.

    Hay un refrán castellano que dice que el que se pica ajos come. Asi que el que se dé por aludido, ya sabe.

    Desde esta página me reservo el derecho de hacer y dar al aficionado la información que estime pertinente.

    Si tuviese que dar ejemplos puntuales de lo que digo, no dudaré en hacerlo.

   Que nadie se dé por aludido, más útil será para la raza que se vean corregidos los comportamientos de que está siendo objeto la reciente historia del Bull Terrier y todos sabemos quienes son sus protagonistas en los distintos escenarios del mundo del Bull Terrier.

   José Francisco López Rodríguez está al servicio del aficionado y de la raza, y porque no, también, del ring y de los jueces y criadores que quieran hacerlo bien. Finalmente saldremos todos ganando sin perjuicio de otros.